El efecto "Happy" a la hora de viajar a Valencia

Gracias a este vídeo grabado por gente anónima, descubrí la dichosa canción de Pharrell Wiliams. Para qué os voy a engañar. 

Y yo que soy muy dado a investigar, pues me puse a ver vídeos hasta que topé con las versiones extensas del "Happy" en las cuales se repite durante horas una y otra vez la simpática combinación de vídeo y baile espontáneo protagonizado por yankis, y a partir de la cual se editó el famoso videoclip que ha dado origen a esta oleada de "Happy + nombre ciudad" que nos inunda.

Creados sin otra finalidad que la de pasar un rato divertido y hacer algo de ruido en la red, lo cierto es que los "Happy" se han convertido, en algunos casos, en auténticos spots promocionales de las ciudades. 

Este es el caso de Valencia, ciudad a la que le ha venido muy bien esta iniciativa por muchos motivos. Pero principalmente porque, aunque parezca que no, aunque tristemente todo lo que suena a Valencia últimamente no tiene una carga demasiado positiva, Valencia y los valencianos son gente muy feliz, Valencia es una ciudad que transmite esa felicidad, una ciudad en la que da gusto vivir (yo lo hice durante algo más de un año), una ciudad a la que da gusto viajar, una ciudad donde se respira brisa del Mediterráneo, una ciudad moderna, atractiva y divertida. 

¿Y por qué no intentar "enlatar" todo eso en un vídeo de apenas 5 minutos? ¿Y cómo hacerlo? ¿Qué efectos tendría si se hiciera? El caso del "Happy Valencia" es un ejemplo de lo que mi amigo Andrés Romero define bien en el post "Yo quiero un vídeo de Pharrell Willians para mi destino": muestra destinos de forma dinámica, el sentido del vídeo lo dan las personas, contagia buen rollo y positivismo, transmite frescura y dinamismo y supone una muy buena relación inversión - difusión.

Pero no nos olvidemos de una cosa: si no hay gente orgullosa de su ciudad, de su destino, no hay imagen positiva alguna que se pueda contagiar. La gente, una vez más, es clave en el turismo. Sin anfitriones no hay éxito.