La columna de los sábados

Marina d’Valdecañas . Leo en varios periódicos digitales extremeños que esta semana se han iniciado las obras de la enésima tropelía urbanística contra el equilibrio territorial, económico, social y medioambiental de un espacio, en este caso de interior, bajo la etiqueta de “proyecto turístico”. . El proyecto recibe el nombre de “Marina Isla de Valdecañas” y cuenta con el soporte del Gobierno de la Junta de Extremadura, que lo ha declarado como proyecto de “interés regional”. El complejo estará emplazado en una isla de 135 ha. situada en el centro del pantano de Valdecañas y contará con un hotel de cuatro estrellas con cien habitaciones, un spa con 60 suites y 250 apartamentos, dos zonas comerciales, un centro de convenciones y 300 villas de 200 m2, ubicadas cada una en una parcela de 800 m2. Y para que nadie se aburra: diez campos de fútbol de césped, un campo de golf de 18 hoyos con su respectivo club, pistas de pádel y tenis, centro de hípica y un club deportivo. Y como guinda del pastel, una playa artificial y un pequeño puerto deportivo. Que nadie se alarme. La sociedad promotora (Sociedad Marina de Islantilla) tiene larga y acreditada experiencia en la construcción de complejos del mismo tipo en la Costa de Huelva (el complejo Marina del Rompido en Cartaya o el puerto deportivo del Río Piedras, por citar algunos ejemplos); experiencia, eso sí, acompañada de denuncias y contenciosos por los daños ambientales producidos. . Argumentos ante la construcción del complejo hay para todos los gustos (a favor y en contra). Cada quien que se quede con el que más le guste: . - Para la Junta de Extremadura el objetivo primordial y la justificación del proyecto es la creación de empleo y riqueza en la zona, así como el aprovechamiento de la dinámica para mejorar las redes locales de electricidad, agua y saneamiento. - Para la Sociedad Marina de Islantilla, el complejo es sostenible económica y socialmente debido a su cercanía a Madrid, lo que evitará una marcada estacionalidad, ya que el proyecto está orientado a captar a un comprador de alto poder adquisitivo (las villas tendrán un precio medio de 480.000€). - Para varias ONGs (Ecologistas en Acción, Adenex, SEO/BirdLife), el proyecto vulnera varias leyes y disposiciones normativas regionales y nacionales al haberse recalificado suelo no urbanizable como urbanizable y al edificarse en Zona de Especial Protección para las Aves incluida también dentro de la Red Natura 2000. ¿Mi argumento?...Los municipios de Berrocalejo y El Gordo, enclaves del proyecto, reúnen entre sí 421 habitantes. El complejo atraerá una población de fin de semana de unas 900 personas (más del doble de la población censada) y una punta de población oscilante de unas 1.200 más (prácticamente el triple), sin contar a los visitantes de día. Si alguien se cree que esto no va a crear fuertes desequilibrios (en el abastecimiento y consumo de recursos y servicios, en la explotación del suelo, en la presión territorial…), es que ya nada es capaz de crearlos. . Y mientras tanto, el Gobierno del Estado comprando terrenos en la costa almeriense para derruir hoteles y complejos urbanísticos ilegales y poder recuperar el territorio para la naturaleza. Vivir para ver.
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