La ruta de les bruixes

El pasado sábado 27 tuvimos la oportunidad de asistir a la jornada “Història i Patrimoni: elements de dinamització del turisme cultural” que organizó el área de turismo del Consorci de Municipis del Lluçanès (interior de Barcelona). La iniciativa se enmarca dentro del proyecto de promoción de la comarca que pretende estructurar una red de puntos de interés turístico basándose en las historias de brujas, bandoleros y trashumancia.
La jornada se desarrolló durante todo el día. Por la mañana recorrimos la “Ruta de les Bruixes”, visitando diferentes espacios por donde frecuentaban brujas y conociendo la tradición de las mismas a través datos históricos, leyendas y anécdotas de la época que los guías se encargaron de transmitir. Ya por la tarde se llevaron a cabo la presentación del proyecto que da nombre a la jornada y de diferentes experiencias procedentes de otras zonas del país.
Dicho esto, me gustaría entrar a realizar una serie de valoraciones en torno a la puesta en marcha de este proyecto.
El objetivo principal que persigue esta propuesta es la dinamización de la actividad turística en la zona a través de la recuperación de la historia de la comarca durante los siglos XVI y XVII, usando como elemento diferenciador el pasado de la zona relacionado con la brujería. No se trata pues de la tradicional ruta cuyo hilo conductor son los diferenes recursos patrimoniales esparcidos por un territorio.
Aunque a priori pudiera parecer una simple tarea de creación de rutas e interpretación, las peculiaridades del recurso principal, la brujería, complican esta idea. Y, ¿porqué?...pues por la sencilla razón de que se trata de un elemento intangible (difícil de transmitir), a lo que hay que sumar la escasa presencia de restos físicos. Si bien es cierto que el proyecto se encuentra en su etapa inicial, los esfuerzos por tangibilizar el recurso brujería serán claves para el éxito de la propuesta y para aprovechar el valor añadido que ofrece este recurso a la comarca. La transmisión de esta tradición deberá de ir acompañada de elementos que acerquen al visitante a la historia y que permitan enriquecer la experiencia turística. No es suficiente con escuchar la historia, también hay que “palparla” y contemplarla.
De la puesta en marcha de acciones encaminadas en este sentido dependerá, en gran medida, el éxito de esta propuesta. La creación de los diferentes centros de interpretación previstos en el proyecto ayudarán, con total seguridad, a consolidar este producto y a aumentar el atractivo turístico de la zona, dado que se trata de una propuesta original y diferenciadora.

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